Opinión

Quincenario de la Pandemia ¿Por dónde empezar?

Decisiones.- Decidí hacer corte de resultados hasta este día para retomar todos los eventos sucedidos en el último semestre y lo consecutivo de los meses posteriores, además de lo reportado por el INEGI. Estos resultados de desempeño y administración, desde una perspectiva objetiva, social y con criterio de exigencia ciudadana, han quedado a deber para todos los ciudadanos pertenecientes a esta nación que es México. Y creo que no sería de esperarse a lo que ha hecho la actual administración federal, la falta de capacidades del estatal y en lo municipal la carente iniciativa a raíz de los recortes de lo federal ha generado su nula optimización en los recursos que contamos en estos tres niveles.

Si nos vamos cronológicamente previo a lo acontecido, empezaremos con el NAIM cancelado por una consulta popular “patito” el cual no respeto el estado de derecho, las inversiones hechas por nacionales y extranjeros, así como figurar en el mapa el fantasma de la desconfianza en el país para futuras inversiones, provocando el inicio de ser un espanta inversiones para México y sus habitantes, tanto local como foránea. Importante mencionar esto porque es parte primordial del golpe asestado en el último indicador y más importante que es PIB (Producto Interno Bruto) como Indicador Clave de Desempeño (KPI – Key Perfomance Indicator en sus siglas en inglés) para el crecimiento de toda nación en la faz de la Tierra.

Iniciamos en enero del 2020 con la desaparición del Seguro Popular y la creación mediocre del INSABI (Instituto de la Salud y Bienestar) que, dicho instituto no ha dado forma en sus procesos y en garantía de proporcionar salud a parte de los mexicanos, ha sido falto de garantizar ese sistema tan anhelado de primer mundo para todos. Mucho menos es señal de fiar al momento de contratar personal para trabajos operativos en que, para los mexicanos que no cuentan con estudios profesionales, sean empleados y cuenten por otros ramos de contratación. Mencionando esto, dicha política ha generado una ola previa de desempleo al tsunami que nos golpeó denominado COVID – 19.

En febrero 2020, pese a las advertencias y caos que los países asiáticos y europeos enfrentaban por el coronavirus, en México se optó otra, de vender una cantidad de cubrebocas para el país del dragón oriental y no realizar un plan estratégico en pro para la serpiente azteca con fin de hacer frente a lo que en su momento se convertiría en pandemia. “Como buen mexicano” ha sido esta administración, “lo dejo para al final” hasta que llegará el momento de ser infectados. A partir de este momento, nos dimos cuenta de que estábamos a punto de conocer el verdadero terror como sociedad y ciudadanía mexicana. Y aunque Microsoft anunciará una gran inversión para México en este mismo mes, esta inversión, de acuerdo con los resultados de la corporación, ya estaba planeada a inicios del 2018 que permitiría desarrollar una concentración tecnológica no solo para la nación del águila azteca, sino para toda Latinoamérica. Nueva inversión, no lo creo, programada y no cancelada, fue lo que sucedió.

En marzo, se presentó el terror y caos en nuestro país. Los desabastos en algunos productos de consumo humano fueron dictando y marcando la pauta de cómo sería el primer cierre trimestral del 2020, a razón de cerrar todo a excepción de algunas actividades esenciales que la administración consideró como tal para sus elefantes blancos sin trazo ni forma. Una crónica de una pesadilla anunciada que empezó a tener efectos negativos por decisiones de no endeudarse (porque la población cree que endeudarse es un arte oscuro y lamentablemente no hemos y/o captado bien que es una educación financiera). Y esta pesadilla se sigue narrando hasta la fecha.

De abril a junio observamos lo que en los noventas nos platicaron nuestros padres. Se acercaba ese temido fantasma apodado CRISIS; trabajadores de PyMES perdieron (y siguen perdiendo) sus empleos, las PyMES empezaban a presentar síntomas negativos en sus finanzas (algunas en estado crítico, otras en terapia intensiva); por otro lado, las tarifas de la CFE aumentaban por “quedarse en casa” acuñado por su director general mientras que la empresa número uno del país reportaba grandes pérdidas por el sobreinventario del crudo y su casi nula demanda en el mundo. Es increíble que la empresa azteca más importante no entienda de conceptos de Mejora Continua, de grandes movimientos e influencias culturales que se originaron desde la Segunda Guerra Mundial creando empresas de gran calidad, funcionales, de alto valor agregado, sustentables e innovadoras.

Bueno, no es la única que canta mal rancheras, en nuestro municipio contamos con una empresa global (suiza) que, apenas en el 2007 y hasta la fecha, esta implementando su modelo de Mejora Continua. Pero la opresión la sentimos en julio y agosto. Caída del PIB del 17.3% en términos reales, (de acuerdo con el comunicado del INEGI), más de un millón de empleos perdidos por la pandemia (reportado por el IMSS en agosto), más de cincuenta mil fallecimientos registrados (sin considerar las neumonías “atípicas”), incremento abrumador de abusos, violencia interfamiliar hacia las mujeres, homicidios… Y el mesero de traje negro podría sumarle más a la cuenta que no reconocemos aún el costo final. Es increíble que todos estos factores, causados por una raíz pandémica, hayan suscitado en nuestra sociedad miedo, temor, terror, ira, odio y un sufrimiento que no tiene calificativo entre nosotros.

El mundo ha cambiado con la pandemia, y a esto mi pregunta: ¿Por dónde empezar? Lo único que podemos hacer es hacer lo mejor que podemos hacer, y algunas veces lo mejor que podemos hacer es empezar de nuevo. Ese nuevo inicio dicta que seamos una mejor versión de nosotros mismos, y para ser mejores debemos colocar en nuestras bases y/o cimientos nuestros valores perdidos como sociedad. No esa sociedad egocéntrica consumista, sino una sociedad revolucionada, consciente, solidaria, valiente, esperanzadora, colectiva e individual, corresponsable, humanista. Debemos empezar no de lo federal a lo local, sino de lo local a lo federal. Porque nadie más solucionará nuestros problemas más que nosotros.

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Ulrich Castro Becerra

Ulrich Castro es consultor en Planeación Estratégica y actualmente estudiante en Ciencia de Datos (Big Data). Ingeniero Industrial y de Sistemas por el ITESM Campus Guadalajara, Green Belt por Arizona State University, Black Belt por el Lean Six Sigma Institute, especialista en Logística Internacional y Planeación de la Demanda.

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2 comentarios

  1. Me encantó el artículo. Pienso que Federal y Local van de la mano. Si no hay buena comunicación y acuerdos entre ambos es ahí cuando no hay rumbo.

  2. La crisis económica empezó desde antes del covid en México y se está convirtiendo en la peor en décadas para el país , desafortunadamente tenemos un gobierno incapaz de afrontar estos problemas y más preocupado por otros temas de menor importancia.

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