Decisiones.- Saludos a todos los lectores de este e-periódico a quien agradezco la oportunidad de escribir una opinión. Hablar de pandemia puede resultar a estas altura ya tedioso y sobre todo repetitivo, esta opinión tiene que ver más con lo que ha significado para la comunidad educativa del CBTis 49 en cuestión de los cambios que se han tenido que implementar desde el pasado mes de marzo, es compartir la experiencia, poco valorada, de docentes del nivel medio superior de un centro educativo que siempre se ha caracterizado por un trabajo enfocado al crecimiento de nuestros alumnos y ejemplos hay muchos para comprobarlo.
Simplemente un día en la comunidad del CBTis 49 nos dicen que tenemos que cambiar nuestra planeación de presencial a en línea, virtual y a distancia, debido a que las escuelas se cerraban por el riesgo y que desde casa tendríamos que trabajar. La idea suena halagadora e incluso nos invitó al relajamiento, imagínese usted: en mi casa, con mi familia, esto sería fácil de hacer. La realidad es que ahora fue necesario aprender a manejar herramientas que quizá nunca imaginé que existían, desde generar las actividades en documentos digitales, operar una plataforma académica para trabajar en forma asincrónica, configurar una sala de videoconferencia para atender a los alumnos en forma sincrónica y en tiempo real, instalar mi aula en casa, instalar un estudio básico para grabar videos con los temas a tratar, descargar actividades entregadas por los alumnos, retroalimentar dudas, registrar avance, atender peticiones de información de las autoridades, buscar medios para que los alumnos tuvieran acceso al material, localizar a los alumnos que no se integraban, en muchos casos con información errónea y otras actividades más que se me puedan olvidar. Y si, ¿qué iba a ser fácil? ¿Y aún con los recursos propios?
Desde la parte directiva, quienes nos quedamos al frente de esta situación, que desde el principio buscamos como apoyar a la planta docente, en lugar que desde nuestra casa estarles pidiendo “datos duros” para presumir lo que se estaba haciendo, la dificultad aumentó ya que las líneas que marcan las funciones de cada departamento (docentes y escolares) se tuvieron que borrar para formar un solo frente, uno que permitiera la organización, atención y solución a todo lo que la situación nos puso como reto. Este grupo directivo ya sin un horario, con nuestras oficinas en casa, con nuestros recursos, con las limitaciones en tecnología, pero con mucho compromiso y con “la camiseta bien puesta” nos volvimos uno con el personal docente que se comprometió a mantener el trabajo a favor de los alumnos. Quizá usted que lee estas líneas es padre de familia y con dos o tres hijos en edad escolar puede dar fe lo complejo que se volvió el ciclo escolar, pues para los directivos que le mencioné son mil 613 alumnos, 65 docentes y la verdad no sé cuántos padres de familia se atendieron.
Esta pandemia nos “desnudó” en varios rubros que pasaron de ser teoría a comprobarlos en la práctica, por ejemplo, el manejo de habilidades digitales por parte de los alumnos y del mismo personal de la comunidad educativa, la falta de accesibilidad a la tecnología, la infraestructura de internet y por qué no mencionarlo: también la afectación económica por la misma pandemia que agudizó varias situaciones de las mencionadas. Como padres de familia nos dimos cuenta que el celular de alta gama que nos acompaña o el de nuestros hijos fue una inversión exagerada ya que no le ayudó por sí solo a cumplir con sus actividades a pesar de la tecnología que este posee, que el tiempo que nuestros hijos pasan frente al monitor de la computadora en un alto porcentaje no lo dedica a lo académico, si no a lo lúdico; identificamos las necesidades de nuestros hijos para escribir en la computadora una tarea que tenga que ser parte de su creatividad. Así mismo como padres de familia nos dimos cuenta del valor que tiene el tiempo que pasan nuestros hijos en la escuela y que su calidad es muy diferente a la que pasaban normalmente en casa, con un mínimo de conciencia valoramos el esfuerzo de los docentes en la escuela al estar en un espacio de 40m2 con 50 alumnos, al ver lo que sucede en casa con dos o tres hijos-alumnos.
El proceso educativo se vio afectado, sí; en muchos casos la afectación puede ser irrecuperable por si sola, generó en varias familias de estudiantes un aislamiento social, abonado también por la falta de habilidades digitales, en nuestra comunidad del CBTis 49 estos casos son los menos y que dentro de los objetivos para este nuevo ciclo es que el material les llegue oportunamente y que cada caso de los alumnos sea atendido. En la comunidad del CBTis 49 está claro que la oportunidad de esta nueva normalidad es para crecer y continuar con una tradición académica de más de 46 años.
A pesar de lo que manifiesto en las líneas anteriores hay opiniones encontradas entre la sociedad sobre el trabajo docente, cuestionamientos sobre lo que hacemos los docentes para las clases que sus hijos deben atender, si bien la SEP implementó estrategias para la educación básica y son un apoyo fundamental en el desarrollo de los temas de los planes y programas, en el nivel medio superior no es así por los diversos sistemas que existen, la programación de los diferentes canales de televisión es complementaria en asignaturas propedéuticas.
Desde esta trinchera de la educación va un reconocimiento al personal docente del CBTis 49 comprometido con esta nueva normalidad, a los alumnos que también asumieron el reto de las nuevas formas de llegar al aprendizaje y aquellos padres de familia que con su esfuerzo continuo apoyaron este difícil proceso para tener tantos casos de éxito. ¡Gracias! ¡Por tanto esfuerzo a favor de la comunidad del CBTis 49!