Opinión
Tiempo de campañas: ¿cuál es el posible interés de los precandidatos por el Medio Ambiente?
PARTE 1: Nivel nacional
Decisiones.- La figura del precandidato tiene su origen legal más inmediato, desde que se aprobó en el 2004 la Tesis de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el numeral P./J. 1/2004 que tipificó a la precampaña “como parte del sistema electoral”. Por ende, desde hace más de una década, se presentan difusiones relativas a la promoción y difusión de plataformas electorales previo al período de campañas.
Ahora bien, con la publicación en el 2014 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE), se ha tratado de regular las precampañas, bajo la creación de la figura del “precandidato”, el cual se entiende como “el ciudadano que pretende ser postulado por un partido político como candidato a cargo de elección popular, conforme a esta Ley y a los Estatutos de un partido político, en el proceso de selección interna de candidatos a cargos de elección popular”, según el artículo 227 numeral cuatro.
La precampaña comprende “el conjunto de escritos, publicaciones, imágenes, grabaciones, proyecciones y expresiones que… difunden los precandidatos a candidaturas a cargos de elección popular con el propósito de dar a conocer sus propuestas”.
Por lo anterior, desde el arranque oficial de las precampañas a nivel nacional, realizado el pasado 14 de diciembre de 2017 se ha dado a conocer a través de diferentes canales de comunicación las propuestas de los precandidatos (que muestran una tendencia a ser candidatos únicos) sobre diversos temas, especialmente al que nos compete: el medio ambiente.
Con base en una breve investigación personal, la siguiente matriz muestra las propuestas más publicitadas hasta el período actual:
Se observa la carencia de una articulación correcta de la preocupación por la preservación y cuidado del Medio Ambiente (muchas veces en el sentido personal del precandidato) hacia la aplicación de estrategias y acciones que incidan en frenar el deterioro ambiental que tanto daño está generando a nivel nacional no sólo en socio-económico, sino en la salud pública y la seguridad.
El resultado desalentador es la constante construcción de plataformas políticas que no contemplen al medio ambiente como eje rector de una planeación nacional eficiente.
Esperemos que, con el paso del tiempo, el diseño y difusión de propuestas se tecnifiquen, corrijan y muestren una Agenda Ambiental digna del Estado Mexicano.