Opinión

“Que Dios nos agarre confesados”

Decisiones.- No cabe duda de que conforme transcurren los días de las actuales administraciones federal, estatal y municipal se percibe una frustración de un estado totalmente fallido. Esto sin mencionar del intento fallido de una consulta sobre la búsqueda de la justicia en las anteriores administraciones que solo ha quedado en una cacería de brujas y chivos expiatorios. Ese salió el tiro por la culata, más por aquellos que avalan que el INE bloqueo la consulta, y los recursos que le correspondían, cuando el problema viene a que no se ha podido crecer financieramente en el país y eso se refleja en el presupuesto federal.

Un costo en la que se requería la participación de 37 millones de personas (el cual no sucedió, además de ser algo totalmente alejado a la realidad), irrelevante y con un costo (de perdida) de 500 millones de pesos, aunado del tiempo humano desaprovechado y con poco interés por parte de la ciudadanía. Esto fue la verdadera antesala a la participación ciudadana real, que fue simplemente una simulación. Ante ello se viene el nuevo ejercicio democrático (y crítico) que será la revocación de mandato. Dicho ejercicio es un paso al caos, a la crisis y el prólogo de inestabilidad política mexicana contemporánea.

Pasando a otro dato, el índice de medición de desigualdad mejoró. Sí, así es, mejoró desde el TLCAN con la modernización con un crecimiento razonable. Pero esta mejora se debió, en la actualidad, a que tuvimos una caída en todos los estratos socioeconómicas generando mayor pobreza en cada uno. Es decir, todos llegamos a ser igual siendo más pobres, generando esta reducción de desigualdad. La pregunta es: ¿a dónde tenemos que enfocar nuestros esfuerzos a combatir la pobreza o a combatir la desigualdad?

La realidad fue que perdieron la población de mayor ingreso, aquellos que tienen estudios o mayor grado de educación, perdieron las mujeres que los hombres, perdieron los habitantes que viven en zonas urbanas que en zonas rurales. Y recrudeció los que ya eran pobres a una pobreza extrema sin fondo. Lo que si es que se gastó más fue en los alimentos donde se ve el reflejo en la agricultura y donde tuvo el golpe drástico fue en la educación y en el entretenimiento y claramente lo vemos con el supuesto regreso a clases.

Ni que decir del crecimiento de la inflación a raíz de la reactivación económica a nivel global y como las naciones del mundo impulsan sus economías. A diferencia del mundo, nuestra economía no tiene iniciativa más que dejarlo a la suerte de sus ciudadanos y manipulando ciertos mercados como el precio del gas. Dicho efecto lo que generó fue reducir un pequeño (más simbólico) porcentaje a la inflación en el último mes reportado. Aunque esa operación, a final del sexenio, tendremos ese impacto con la deuda contratada para subsidiar y operar este actor en el mercado energético. Y no es más que esa operación inexperta por parte de PEMEX y su filial Gas Bienestar, donde las repercusiones en distribuidores y afectaciones la veremos como todos los consumidores y cuanto nos costó.

Queda claro que PEMEX no tiene la experiencia de distribuir gas LP, además de que no cuenta con los recursos. Y si los tiene, cabe recordar que son nuestros impuestos inefectivos, ineficientes e ineficaces. Este lastre seguirá afectando a la nación, sin mencionar los próximos lastres que tenemos: en el ámbito nacional tenemos las pensiones, seguido por los intereses de la deuda (que va en aumento), la falta todavía de disciplina y disponibilidad de recursos a los estados (y su cacería), los programas sociales poco efectivos, la crisis de salud actual y ni que hablar de la educación…. Igual que en casi todos los demás países —por el aumento de la población y la mayor esperanza de vida—, el gobierno mexicano necesita cada vez más recursos para cubrir todos sus gastos, a ello veremos la factura de la deuda al final del sexenio y más si no es de esos sexenios innombrables.

A nivel estatal tenemos la inseguridad y la presencia del crimen organizado más latente en la toma de decisiones del ámbito público. Las desapariciones que surgen cada vez más frecuentes. Mientras el gobierno estatal no tenga claro como diseñar los mecanismos de comunicación que permitan colaborar de manera reciproca, justa y equitativa con la sociedad, estaremos viviendo este ciclo vicioso perpetuo. Ni que decir el tema del medio ambiente en cómo hemos visto los ciclones y huracanes, que apenas es el inicio de la temporada de los fenómenos naturales de esta índole.

Ahora en lo local, el municipio ocotlense atraviesa ya en una situación crítica. Anteriormente mencioné sobre las deudas que tenía la actual administración y gasto apabullante en estupideces y acciones sin sentido para promover a una sociedad más activa económicamente hablando y capaz de resolver las situaciones. El viernes 27 de agosto se convocó una reunión con regidores y hablaron sobre las deudas que heredaran a la próxima administración, así como los proyectos que si generaron ahorros (subrayo y hago énfasis en las palabras “que si generaron ahorros”). Si se quiere indagar un poco más de esta reunión, sería oportuno consultar con los regidores de la oposición.

Más la parte fundamental y clave de esta intervención gubernamental municipal fue la participación de un ciudadano que, sin filias ni colores, fue directo a la situación actual de algunos trabajadores del gobierno municipal: mientras exista en la plantilla laboral gubernamental personas operativas y estratégicas que solo se dedique a mamar del erario municipal nunca bajaremos la deuda que venimos arrastrando y que Zague no pudo reducirla, sino que, al contrario, contribuyó en crecerla. ¿De cuánto es la deuda? Simplemente de más de 90 millones de pesos y a una sola cuenta. Como dije en mi anterior columna, Ávila Moreno y su equipo tiene el reto titánico de sacar del pozo a la ciudadanía ocotlense, aun con ese margen de maniobra tan delgado.

“Que Dios nos agarre confesados y que el Señor de la Misericordia se apiade de aquellos…” comentó una persona de la tercera edad a quien le platiqué de esto y solamente se retiró sollozando. Qué triste realidad vivimos.

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Ulrich Castro Becerra

Ulrich Castro es consultor en Planeación Estratégica y actualmente estudiante en Ciencia de Datos (Big Data). Ingeniero Industrial y de Sistemas por el ITESM Campus Guadalajara, Green Belt por Arizona State University, Black Belt por el Lean Six Sigma Institute, especialista en Logística Internacional y Planeación de la Demanda.

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