Opinión

Objetivos del Desarrollo Sostenible contra la Corrupción

“¿Quién necesita a los ángeles, cuando tienes a Dios?”. Normalmente citan esta frase muy popular quienes están en las esferas de poder de alto nivel político y, casualmente, en esferas nada gratas. El 9 de diciembre se celebra el día Internacional Contra la Corrupción, dicho fenómeno está presente en todos los países, ya sean ricos o pobres, del norte o del sur, de distintas magnitudes obviamente.

Dicho fenómeno roba a las sociedades escuelas, hospitales y otros servicios vitales, aleja la inversión extranjera y despoja a las naciones de sus recursos naturales; además de socavar al estado de derecho e incitar a la comisión de delitos como el tráfico ilícito de personas, drogas y armamento.

Queda claro que la corrupción tiene muchas facetas y contextos que cada vez se vuelven ambiguos y permanecen en el manto de la impunidad estos personajes, generando este círculo vicioso de mayor corrupción hasta niveles que ninguna persona desearía experimentar y mucho menos en convertirse en esos monstruos. Y el medio por el cual se realiza es través del dinero, como es el soborno, que sube como el gas y el poder fluye hacia abajo como el agua. “Vamos a limpiar al gobierno de corrupción como se barren las escaleras, de arriba para abajo” cito lo que es la bandera para esta administración. Sin embargo, ha quedado a deber y más aún, le quedo a deber a estos individuos su victoria por lo que sigan actuando de esta forma.

La corrupción desgarra a México desde el alma y muchos aquí lo ven como uno de los mayores problemas del país (de acuerdo con la OCDE, toma el 10% del PIB). Tanto que lo vemos con las casas de estos funcionarios de alto rango, de salarios que no cuadran con sus ingresos millonarios y las adjudicaciones directas cada vez más normalizadas sin evaluaciones ni competidores de licitar con la finalidad de volverlo poco rentable y nada atractivo para la ciudadanía y para la sociedad en general.  “Hemos comprado espejos para vernos la cara de pendejos” ha sido una frase que resuena cada vez más entre los ciudadanos y entre presidentes municipales con esta transformación destructiva. Y no es para menos donde nos encontramos:

Nivel de Corrupción en América. México en el lugar 130 a nivel mundial. Imagen: Transparencia Internacional.

Perseguir a estas personas, que se consideran como los dioses de la corrupción, sin duda es algo positivo pues integraría a México a una campaña anticorrupción que se ha extendido por toda América Latina. En los últimos cinco años, expresidentes han sido declarados culpables de crímenes relacionados con la corrupción en Honduras, El Salvador y Brasil, y han sido acusados de cometer delitos similares en Guatemala, Perú, Argentina, Panamá y Bolivia. Todo surgido de la famosa caja de Pandora denominada Odebrecht. Y este hartazgo se ha revirado aún más en los últimos meses, como en Perú que intoleran la corrupción en su mínima expresión.

Al afectar los derechos humanos (que se conmemoran el 10 de diciembre) y no realizar un juicio justo para las partes afectadas, esto torna en dos caras: la impunidad y la venganza. Y quienes pagan los platos rotos somos nosotros, las personas. El problema con combatir la corrupción es que puede llegar a todos los políticos y no esta exento de otros, como lo decretan algunos. En vista de que las acusaciones parecen afectar a todos los políticos del país (y a sus familiares y amigos cercanos como nepotismo, conflicto de interés y tráfico de influencias), es fácil perder la esperanza de que las cosas cambien. Me niego a creer lo que mencionó hace más de 25 años Alan Riding, más su punto de calificar y describir la corrupción como “el aceite y el pegamento” que mantiene la maquinaria mexicana unida y en marcha parece cada vez más aceptable para muchos como el mal necesario para avanzar.

Para ello se tiene que incentivar mayor participación ciudadana en las decisiones que marquen un hito en la vida publica de las personas y en la sociedad. Esta participación ciudadana en pro de los derechos humanos lo vemos en los Objetivos de Desarrollo Sustentable de la ONU. Existen asociaciones y organizaciones civiles que los promueven, como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, IMCO, el CIDE, Colectivo por la Transparencia, Mexico Unido Contra la Delincuencia, Causa en Común, entre otros, que trabajan, entre otras cosas, para exponer casos de corrupción que pueden derivar en investigaciones gubernamentales. Sin embargo, no es suficiente si la ciudadanía no participa como debe ser. Entre más miradas observen en toda la administración pública, menor corrupción habrá. Como los candiles, entre más se instalen y alumbren, menor oscuridad se notará en las noches.

Soy optimista porque creo en la evolución de las sociedades y lo veo con los eventos de emprendimiento social. El mes pasado se organizó en Ocotlán, vía remota por la situación pandémica, el Innovawaste Hacking Hub que tuvo por objetivo resolver los retos que la administración pública de Ocotlán no ha podido resolver de manera contundente y significativa con relación a los residuos. Lo interesante fue la participación de la ciudadanía de Ocotlán que estaba interesada, aunque las grandes ideas innovadoras ganadoras fueron originarias de Guadalajara quienes han entendido mucho mejor que para resolver los problemas primero hay que salir a la calle, entender la problemática, observarla y plantear la idea de negocio para resolver el problema y generar riqueza.

Utilizar llantas como muelles flotables para la limpieza del rio y cruce peatonal de personas (como puentes) así como el fomento de la separación de residuos a través de tecnologías innovadoras como el Blockchain son las esperanzas que arrojan las mismas personas para que se aflore un mejor futuro y una nueva normalidad más justa no solo para las personas, sino para todos los seres vivos. 

Hay cada vez más existen herramientas tecnológicas, sobre todo de la sociedad civil y el periodismo, que permiten realizar la presión pública necesaria para cambiar el sistema en la que la corrupción deja de ser el aceite de toda relación social, política y económica en México, en Jalisco y en Ocotlán. Aportemos entre los interesados un granito de arena para un mejor futuro para las personas.

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Ulrich Castro Becerra

Ulrich Castro es consultor en Planeación Estratégica y actualmente estudiante en Ciencia de Datos (Big Data). Ingeniero Industrial y de Sistemas por el ITESM Campus Guadalajara, Green Belt por Arizona State University, Black Belt por el Lean Six Sigma Institute, especialista en Logística Internacional y Planeación de la Demanda.

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