Opinión
Sin regiones no hay futuro
Decisiones.- Cuando visitamos las regiones de nuestro estado, la constante es el desagrado de las personas hacia las instituciones políticas. Sin embargo, existe la ilusión para que desde los esfuerzos colectivos se dé pie a un espacio que permita transitar del descontento a la acción.
Confirmo lo anterior con base en el recorrido que el fin de semana hice con un grupo de amigos a la zona norte del Estado. Estando por allá fue evidente que nunca más debemos visualizar la creación de un proyecto político centralizado, de que las regiones son la posibilidad de construir políticas públicas transversales y, por lo tanto, que éstas sean la puerta a nuevos esquemas de participación social.
En un contexto de polarización debemos aportar para que esfuerzos colectivos sean la panacea del cambio, esto significa, la posibilidad de que personas comunes consoliden desde su espacio y su autonomía la propuesta sobre nuevos modelos de representación. Dar voz a estas personas desde un espacio institucional significa legitimar las acciones de grupos históricamente marginados de la toma de decisiones para realmente consolidar espacios plurales.
Una tarea fundamental para el cumplimiento de nuestros objetivos es ser siempre el espejo de buenas prácticas de los partidos políticos. Lo anterior nos invita a estar en constante reflexión sobre nuestras motivaciones, pero sobre todo a mantener siempre a las personas en el centro, pues son ellas quienes dictan la agenda de lo común que tarde o temprano se convertirá en político; por ello es indispensable la inclusión de todas la voces y realidades a un proyecto político, de lo contrario solo estaríamos escuchando ecos sin contraste de nuestra propia centralización.