Opinión
Algunas reflexiones sobre transición al combate del cambio climático

Decisiones.- Del 21 al 23 de marzo, la Ciudad de México fue sede de una de las convenciones más grandes a nivel mundial, convocada por un organismo líder y pionero en la divulgación y concientización de los efectos del Cambio Climático: The Climate Reality Leadership Corps, la cual, fue fundada en el 2006 por uno de los líderes políticos anglosajones con mayor proyección de los últimos años: Albert Arnold Gore Jr., mejor conocido como Al Gore.
Más de 700 jóvenes y adultos nos dimos cita para participar en las diversas mesas temáticas desarrolladas, que versaron desde la formulación de material didáctico para la sensibilización de los efectos de esta grave problemática, hasta la creación de nuevas herramientas para la alternancia a nuevas tecnologías amigables con el medio ambiente.
Si bien este tipo de iniciativas tienen muchos detractores bajo el argumento de que los fines últimos se alejan del objetivo principal, debido a la sobrexposición de líderes como Al Gore, la falta de datos estadísticamente confiables y de los supuestos intereses mercantiles sobre las políticas de energías renovables. Cabe destacar que, acciones como estas, cada vez se están haciendo más necesarias para aglutinar a personas físicas y morales interesadas en el tema, así como a los tomadores de decisión.
Los datos son cada vez más alarmantes a nivel global: el dióxido de carbono ha excedido las 409 partes por millón (motivo en gran parte por el consumo indiscriminado de energéticos fósiles), se ha perdido exponencialmente la Gran Barrera del Coral, el deshielo del Ártico es inminente, la desertificación por cambios de usos de suelo y una agricultura mal diseñada ha propiciado la pérdida de toneladas anuales, sólo por citar algunos efectos medioambientales.
Las comunidades, así como los gobiernos en cualquier nivel, deben transitar del reconocimiento de la existencia latente del cambio climático a la formulación y ejecución de políticas públicas transformadas en planes, programas y proyectos que tengan una operación multianual para mitigar los daños terribles a la economía, a la salud pública, a la seguridad social. Que los mercados deben abrirse a nuevos esquemas de desarrollo que incentiven la participación de otros oferentes que promuevan tecnologías y productos con bajas emisiones de carbono.
Quizá, como lo señaló el científico mexicano Mario Molina, durante el marco del evento: «hemos fracasado al hablar del drama del cambio climático».